En su quehacer cotidiano, y en aquellas actividades y labores que hacen a la actividad diaria de cualquier empresa, la misma puede generar aun sin desearlo, situaciones de conflicto con demás personas o instituciones, demandando la vía legal como el camino más indicado para resolver dichas cuestiones ajustándose siempre a lo que indica el poder judicial que intervenga en la causa. Probablemente ahora, y como nunca antes había ocurrido, las personas y las propias compañías saben que tienen a disposición esta herramienta, y por eso ante el más mínimo conflicto recurren a un asesoramiento en el ámbito de lo legal para destrabarlo y seguir prolongando el malestar y aquellos efectos negativos que puede tener el hecho de estar en una realidad como la que mencionamos. Ese asesoramiento al que hacemos referencia, es el que hacen aquellos abogados que van un poco más allá en su etapa de capacitación, especializándose en cursos y maestrías de derecho de empresa internacional y ofreciendo un servicio acorde a las necesidades y las urgencias de las empresas que los contratan y confían en su tarea.
Esta tendencia que describimos, tiene lugar en todas partes del mundo, y está acompañada por un proceso de humanización de los derechos empresariales, los cuales cada vez más se asemejan a los de las personas comunes, aunque, por estructura, tamaño y características siempre muestran algunas diferencias. Tal y como señalan abiertamente los especialistas en estas cuestiones, en los últimos cinco años, los derechos humanos han dejado de ser un tema de ONGs y defensores de derechos humanos. Ahora son importantes también en el gerenciamiento de empresas. Vincular a la empresa a temas de derechos humanos, la empodera; se anticipa y evita problemas jurídicos y gastos innecesarios. Es un tema que abre una ventana de relacionamiento interno y externo, que rendirá frutos a los inversionistas, puesto que al darle estabilidad y buen nombre, la hará más rentable y dará mayor valor al activo. De acuerdo con la normatividad colombiana, los principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, y los principios rectores sobre empresas y derechos humanos de John Ruggie, las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales reconocidos universalmente, dentro de su ámbito de influencia; deben asegurarse de no ser, así sea involuntariamente, cómplices de su vulneración.
Con este tipo de análisis, termina de quedar en evidencia la relevancia que tiene hoy el manejo adecuado y profesional de parte de cualquier empresa y en relación a las temáticas inherentes a sus derechos y obligaciones en el plano jurídico. Esta realidad, nos obliga a insistir en la importancia de contar con una colaboración especifica y debidamente capacitada, tal y como brindan por estos días los especialistas formados y egresados en cursos y maestrías de derecho de empresas como las que se ofrecen por estos días, incluso a través del sistema de capacitación a distancia y online.
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